Día Mundial del Síndrome de Down

Ésta es sólo parte de la vida de una persona muy especial y que se merece el homenaje que hasta ahora no he tenido el valor de hacer.

Estas de aquí abajo son dos hermanas siempre estuvieron juntas, en lo bueno y en lo malo, cuidándose la una a la otra hasta el último aliento. Ellas son el mejor ejemplo que he podido tener de cómo debe ser una relación de hermanas/os. Yo no puedo estar más agradecida de haber tenido la mejor tía que el mundo me podía dar y con ello el mejor ejemplo también de como ser una buena tía para mis sobrinos.

Las mejores hermanas del mundo

A pesar de los prejuicios y de lo que mucha gente pudiera pensar de ti, he aprendido muchísimas cosas de ti y por ello quiero darte las GRACIAS que no he podido darte pero que siempre tengo en mi cabeza y mi corazón.

Puede que con el tiempo se te hayan ido olvidando cosas, pero no te preocupes yo siempre lo recordaré todo por las dos.

Siempre echaré de menos que des abrazos y besos a todos sin tener motivo para hacerlo, simplemente porque querías darnos cariño, por supuesto echaré de menos que me digas que soy guapa 100 veces al día y que lo digas siempre de verdad y de corazón, porque si no estaba guapa me mirabas y decías «¡Alabado!… vaya pelos!» por ejemplo. Creo que no hay persona en este mundo a la que no le gustase tu pelo, a mi siempre gustó tu melena larga, cuando la veía en fotos y el vago recuerdo que tengo cuando era muy pequeña, siempre pensaba que yo quería un pelo así de largo y bonito.

Nunca olvidaré que todas las noches cuando volvía de entrenar en la piscina me esperabas porque querías secarme el pelo, no faltabas ni un día, así que el cariño por nuestros pelos era mutuo jeje. Yo te hacía peinados raros, nos reíamos pero con el tiempo recibí la mención de que era la que mejor te peinaba te todos por parte de La Vieja, eso era todo un título, no todo el mundo estaba cualificado.

Tampoco olvido todos los veranos compartidos en el camping, ir juntas a la piscina, compartir muchos momentos juntas. Muchas risas pero también alguna que otra riña claro. Recuerdo que estando en la cocina cada una en una esquina nos mirábamos y con una señal tu desabrochabas el mandil de tu hermana mientras cocinaba. Me gustaba mucho compartir habitación contigo. Y cuando era más pequeña dibujabas a veces conmigo, y esta última vez lo he hecho yo con mis sobrinos.

Siempre está conmigo que cada vez que me reñían ahí estabas conmigo como una buena Tía enrollada para decirme que ni caso y sacarme siempre una sonrisa. Como siempre conseguías hacer con todos.

Así pasaron los años y yo me vine a Alemania y a pesar de tu Alzheimer, sé que el sentimiento nunca cambió. No hay enfermedad ni kilómetros suficientes para cambiar eso.

No sé quién podrá ver una desgracia, pena, discapacidad… en lo que acabo de escribir, si es así como persona deberías de reflexionar sobre tus propios prejuicios y tratar de poner solución a la ignorancia, que es siempre el peor enemigo.

Toda persona capaz de amar, sufrir, soñar… es capaz de hacer cualquier cosa que se proponga, las barreras y las etiquetas las ponemos nosotros mismos, los unos a los otros, eso siempre nos impedirá avanzar. Quitemos la venda de los ojos, dejémonos de prejuicios y aprendamos a aceptar que todos somos iguales, todos queremos conseguir algo en la vida, todos tenemos sueños, y que TODOS tenemos distintas capacidades, sin excepciones, pero todos tenemos el mismo derecho conseguirlo. No hay que ponerse barreras, de ningún tipo.

Hoy Día Mundial del Síndrome de Down, quiero decir que se ha ido avanzando mucho en estos últimos años en cuanto a la inclusión social, pero aún queda un largo camino por recorrer, no hay que dejar de luchar por ello porque seguro que se va a conseguir.

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En memoria de la persona más especial de la familia, gracias por todo el amor que nos has dado. Te mereces más que unos pocos recuerdos en un blog, pero lo mejor lo llevo dentro de mi. Tengo el valor para irme a vivir al extranjero, y el valor que necesito para volver de visita algún día sabiendo que tu no ya no vas a estar, lo encuentro sabiendo que te pondrías triste si yo me viniese abajo y lo que más nos gustaba era verte sonreír.

Malemania